lunes, 17 de junio de 2013

Karma..!





Saludos cordiales.

Miren, cuando actúa el karma, la respuesta es el sufrimiento.
Sufre el yo psicológico.
Sufre el actor de los dramas de la vida.
Sufren los defectos.
No sufre la esencia, sufre el yo.
El karma va dirigido a él, al yo.
Si el yo psicológico muere, entonces deja de existir el karma, como dice Samael Aun Weor.
Cuando la desgracia, desventura, infortunio, llega a nosotros, inevitablemente el yo causa de tal situación salta en reclamos, en quejas, en llantos.

Llora el orgullo ofendido por la pérdida de status.
Llora la ambición compungida por el fracaso.
Llora la ira dolida por la agresión.
Llora la lujuria por la insatisfacción.
Llora, llora, todo el mundo psicológico.

Mejor, es preguntarse…¿Estos eventos a quién hacen sufrir?
Entonces la realidad cambia. El ser humano deja de ser una máquina de sufrimiento y se convierte en un individuo psicológico.
Ya, no es víctima de los eventos, es un investigador, un científico en sus circunstancias.

Descubierto el llorón, comprenderlo y eliminarlo.
Muerto el siniestro, resuelto el karma.
Claro, sencillo, diáfano.

Si no existe el yo, entonces…¿quién sufriría el embargo económico, la pérdida marital, la caída social…?

Los seres humanos, nos afanamos tratando de comprender el karma, tratando de encontrar las respuestas, tratando de seguir reglas, métodos, pasos, que solo nos hacen perder tiempo.

La salida es eliminar el yo..!


Entonces en síntesis, práctica:
  • Descubra la situación kármica.
  • Descubra a quién le duele tal situación en nuestro interior.
  • Comprenda el yo encontrado.
  • Elimínelo apelando a una fuerza mayor...La Madre Divina.
  • Permita que nazca la virtud..El Cristo: "Madre Divina gracias por eliminar de mi corazón el defecto. Mi señor El Cristo gracias por poner en mi corazón la tal virtud"
  • Diga:

"Permito que el Karma fluya libremente en mi en el nombre de El Cristo"




Atentamente

Erick Bojorque

lunes, 10 de junio de 2013

AUTISMO Y SANACION ENERGETICA

Autismo



Cuando hablamos de autismo, hablamos de falencias energéticas. No hablamos de problemas genéticos.
Cuando hablamos de autismo, hablamos de carencia de circuitos energéticos. No hablamos de trastornos.
Cuando hablamos de autismo, hablamos de tratamiento a nivel tetradimensional. No hablamos de embeber a la persona con ácidos.


El ser humano autista, dependiendo de la profundidad del daño, requiere de sanación en su columna vertebral. Es en este importante centro energético donde se encuentra parte de la causa de esta grave situación. No está en el cerebro, ni está en los genes. No está en sus músculos, ni en sus miembros.

Es en la columna vertebral  donde se encuentran las falencias intelectuales, motrices, de sensibilidad, de hipersensibilidad que aquejan a estas personas.

Circuitos dañados al nacer o por la carencia de ellos en la columna vertebral, son los causantes de esterotipias, falta de coordinación, falta de retención intelectual.

Pero, también hablamos de perforaciones en el aura magnética.

El aura magnética mantiene la energía del ser humano estable.
El aura magnética permite una correcta distribución de las fuerzas termoelectromagnéticas en el cuerpo tridimensional.
El aura magnética sostiene a la persona emocionalmente.

Si en el aura magnética existen huecos, perforaciones, poros, roturas, fisuras, entonces la energía fuga y la persona se ve inhabilitada tanto en su energía de vida, en su energía social afectada  en su contraparte etérica, sus cuerpos existenciales.

Por karma la persona autista tiene su aura magnética horadada.
Por karma su existencia se deteriora.
Por karma los tratamientos alópatas son insuficientes.

La sanación ha de ser energética.

El tratamiento debe incluir en primer lugar el sellado y reparación del aura magnética y en segundo lugar la creación de nuevos circuitos energéticos en la columna vertebral.

Todo dependiendo del paciente.
Para un mejor desarrollo de la sanación y para lograr un despertar de la inteligencia del paciente, según el caso, es conveniente tratamiento para mejorar el sistema inmunológico.


Atentamente

Erick Bojorque Pazmiño