lunes, 5 de marzo de 2012

Acróstico a la mujer ejemplar.


Mujer ejemplar ¿dónde se hallará? 
¡Es más valiosa que las piedras preciosas!




 




Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de ganancias mal habidas.

Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los días de su vida.

Anda en busca de lana y de lino, y gustosa trabaja con sus manos.

Es como los barcos mercantes, que traen de muy lejos su alimento.

Se levanta de madrugada, da de comer a su familia y asigna tareas a sus criadas.

Calcula el valor de un campo y lo compra; con sus ganancias planta un viñedo.

Decidida se ciñe la cintura y se apresta para el trabajo.

Se complace en la prosperidad de sus negocios, y no se apaga su lámpara en la noche.

Con una mano sostiene el huso y con la otra tuerce el hilo.

Tiende la mano al pobre, y con ella sostiene al necesitado.

Si nieva, no tiene que preocuparse de su familia, pues todos están bien abrigados.

Las colchas las cose ella misma, y se viste de púrpura y lino fino.

Su esposo es respetado en la comunidad; ocupa un puesto entre las autoridades del lugar.

Confecciona ropa de lino y la vende; provee cinturones a los comerciantes.

Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir.

Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor.

Está atenta a la marcha de su hogar, y el pan que come no es fruto del ocio.

Sus hijos se levantan y la felicitan; también su esposo la alaba:
"Muchas mujeres han realizado proezas pero tú las superas a todas"

Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza.

¡Sean reconocidos sus logros, y públicamente alabadas su obras!


PROVERBIOS
31: 10-31

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