Primero siembra, luego haz casa!

"Prepara primero tus faenas de cultivo y ten listos tus campos para la siembra;

después de eso, construye tu casa"

PROVERBIOS 24-27

Saludos cordiales.

No es exclusividad de la juventud física el empezar una vida.
Aquella puede empezar muchas veces.
Tantas como la inmadurez haya sido superada.
Puede ser al terminar el colegio en los 18 años; como luego de un divorcio a los 40 años.
No existe tiempo.
Y correctamente dicho, pues lo que cuenta es el crecimiento interior.
Una vida plenamente vivida, tiene el sabor de la madurez.
No en un aspecto, en varios.
Interesante en tales situaciones, es dejarse llevar por la sabiduría divina.
Sabiduría que perdurará y por siempre guiará a los que buscan consejo.
Consejo de calidad son las sagradas escrituras.
¿Para qué ir más lejos?
Es clara, concisa y por sobre todo nos indica el vano de la puerta que conduce a la paz.
Paz...paz ante la duda. Paz ante la disyuntiva. Paz para proceder.

Primero, dice Salomón: "prepara tus faenas de cultivo..."

Es decir, tener todos los elementos, la organización, que nos permita "cultivar".

• Conseguir la profesión que anhelamos.
• Emprender el negocio que tanto quisimos.
• Laborar en nuestro sueño.
• Aquí, sobrepasamos la pereza, la vanidad, el orgullo.
• Despertamos movilidad, dignidad, humildad.

Luego dice: "...ten listos tus campos para la siembra..."

• Forma canales de abundancia.
• Abre tu oficina profesional soñada aunque ya tengas otra.
• Crea la empresa, la fábrica, la tienda, la galería que siempre quisiste.
• Escribe, canta, baila, enseña, guía.
• Ahorra e invierte.
• Aquí, sobrepasamos la avaricia, el miedo.
• Despertamos generosidad, fe.

Seguidamente sentencia: "...después de eso, construye tu casa."

• Después, cásate por primera o segunda o tercera.
• Después, forma una familia.
• Después, elabora tu vivienda, ese mágico lugar donde te encontrarás a ti mismo.
• Aquí, sobrepasamos la lujuria, la fornicación.
• Despertamos abstinencia, castidad.

Pero claro, como el mundo es al revés, lo del final lo hacemos primero y es evidente que el dolor forma parte de nuestra vida.


Atentamente
Erick Bojorque