miércoles, 7 de enero de 2015

EL TERRIBLE PARADIGMA DEL TRIUNFO

Basta con que tus papitos o familiares o en los institutos te enseñaran que "debes triunfar" para que tu vida sea el mayor tormento.






Cuando te dicen que triunfes, te camuflan la idea que no estás donde debes y que quizá hasta has fracasado.
Qué ideas tan erróneas y torcidas pueden los padres generar en uno.
No puede existir paz en un ser humano que quiere el triunfo.
Siempre existirá un lugar a dónde llegar, un sitio a dónde ir, un objetivo o una meta que alcanzar.
Una vida tortuosa no puede sino cocinarse con esta receta.
Siempre buscando ser alguien más. Siempre a la espera de eso mejor. No se soporta un instante el presente, la vida se desvanece en ese triunfo esperado, en ese futuro soslayado, en ese eterno lugar de éxito y veneración. Nunca llega del todo. Nunca es completo, pues la esencia de su perdición es el no poder tenerlo.
Qué terrible realidad, qué terrible situación en la que un paradigma necio nos ha puesto.
Metas, objetivos, puntos de llegada, lo que anhela el corazón, lo que desea el ego, siempre son el mismo paradigma del triunfo.
Una vida de amargura la del que ha osado dejar de vivir para vivir por sus sueños, sus aspiraciones, que no fueron ni suyas, sino la simple frase de alguien al cuál se le dio autoridad...."Tienes que triunfar"

Ridículo.

Leer constantemente frases que enredan el alma, con diatribas sobre el valor para llegar, el coraje para obtener, la inteligencia para lograr, hace que el alma pierda conciencia y se ensueñe en tales despropósitos de una vida de supuesta dedicación.
No más enredos.

Son miles y miles los paradigmas impuestos por los que cabildeamos a diario.
Grosera herencia sobre nuestros hombros.

Ubicarlos, verlos, observalos, comprenderlos y destruirlos es aliciente para el alma.

Alarmados gritarán los ensoñados.
Pero da igual, esto es para despertar.



Atentamente
Erick Bojorque Pazmiño




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