"Honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra"
Efesios 6:2-3
Saludos cordiales.
Sin otra motivación que el entendimiento, le hice la pregunta: ¿cómo honras a tus padres?
La respuesta fue sencilla, no sé si porque la había sintetizado desde hace mucho tiempo o por que el semáforo estaba por cambiar a verde. Yo, "oro por ellos", me dijo.
Seguimos adelante y mi interés crecía sobre el tema.
En otro momento, en otro lugar, esta vez una mujer me respondió mientras pelaba unas zanahorias: "Les visito siempre" respondió.
La idea se clarificaba de a poco. Mi corazón no se sentía satisfecho. Era una verdad demasiado evidente. Había estado oculta durante mucho tiempo.
Las páginas en la Internet hablan acerca del respeto y el amor a los padres, PERO MUCHO MÁS, del olvido y abandono que sufren...
HIJOS ingratos es lo que existe en el mundo. Hijos que olvidan e irrespetan a sus padres. Hijos que llevan una vida sin bendición.
La pregunta es inminente: ¿de dónde salieron?; ¿como se hicieron?
La pregunta es inminente: ¿de dónde salieron?; ¿como se hicieron?
Las escrituras son claras. "Honra padre y madre..."
Dichas palabras resuenan victoriosas con estrépito, como las trompetas en una orquesta. Es lo que Dios en su infinita sabiduría recomienda y con premio. Sin duda es también de infinita importancia el tenerlo presente.
Dichas palabras resuenan victoriosas con estrépito, como las trompetas en una orquesta. Es lo que Dios en su infinita sabiduría recomienda y con premio. Sin duda es también de infinita importancia el tenerlo presente.
El no dice. Honra a tus hijos.
Creo que el mundo como va, está equivocado. Se habla mucho de los hijos, de sus derechos, de darles todo lo mejor, pero los padres ancianos permanecen abandonados en asilos por esos mismos ingratos, sangre de su sangre.
ESTÁN EQUIVOCADOS.
Pongamos las cosas en otra perspectiva, que no sea la del mundo, en la que los padres no seamos esclavos de nuestros hijos, sino en la que les enseñamos a honrarnos.
¿Qué es lo que pasaría?
Según lo que dice las escrituras les estaríamos GARANTIZANDO que les vaya "bien en la vida", y además nos aseguraríamos una vejez de respeto y atención por parte de ellos.
Para hacer esto, claro está, deberíamos como buenos padres que somos, enseñarles ¿qué es el honrar?
Honrar como dice el diccionario es:
-Respetar una persona.
-Enaltecer o premiar su mérito;
Es decir...
Es decir...
El padre que quiere garantizar la felicidad de su hijo debe enseñar al vástago a respetarle, que se dirija con cariño hacia él, que le salude con amor, que le sirva un juguito, que le invite a sentarse, que busque ser comedido con su madre, que abra él la puerta, que sea cariñoso, etc.
Así mismo tendría que enseñar a su hijo a agradecer constantemente a Dios por los padres que tiene, a reconocer el buen trabajo que hacen educándolo, a estimar su presencia y su amistad, a hablar bien de ellos ,a alabar sus ideas.
TODO ESTO CON EL EJEMPLO.
Sería muy lindo ver que nuestros hijos crezcan llenos del cobijo de Dios, de su misericordia, pues cumplen la ley.
Ahora está en ti querido padre el decidir.
Todo el mundo se llena la boca de lo maravilloso que tratan a sus hijos y de las cosas buenas o malas que hacen por ellos, pero ese mismo tipo de personas están solas en un asilo y aquellos que los abandonan no creo que se sientan en la plenitud de su existencia.
Atentamente
Erick Bojorque
pues eduquemos a nuestros hijos dando el ejemplo con nuestros padres.
ResponderEliminarcuando eres padre entiendes a los tuyos.
quiero creer que los valores están siempre ahí.
Saludos cordiales.
ResponderEliminarLou.
Muchas gracias por tu comentario.
Siempre oportuno.
Atentamente
Erick Bojorque
Es siempre una cuestión de corazón, del corazón que cada uno pone a sus actos, pero sin duda la gratitud es una de los grandes sentimientos de la persona
ResponderEliminarSaludos cordiales.
ResponderEliminarAlma.
Bienvendida.
Muy amable, tus palabras.
Atentamente
Erick
Saludos Erick
ResponderEliminarLos hijos como dice Gibrán no son una extensión de los padres, pertenecen a la vida.
Todos somos parte de esa vida, si no cuidamos a nuestros hijos, no cuidamos nuestra vida.
No somos amigos de nuestros hijos,somos padres, nuestro deber es educar, y educar en valores auténticos es una gran responsabilidad y hablo como madre de cuatro hijos... Ellos son mi tarea sagrada más ardua.
Atentamente
Mariam
Saludos cordiales.
ResponderEliminarMariam.
¡Cuatro niños!
¡Dios le Bendice!
Muy amable su energía y comentarios.
Atentamente
Erick