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martes, 25 de noviembre de 2014

¿Y cómo actúo?

La moral y la ética simples subterfugios de la vanidad...








Comportamiento es la acción que el ser humano es obligado a digerir.
Mal o buen comportamiento son los dilemas de la moral.
Los panópticos en un principio en siglos precedentes y los centros comerciales en la actualidad, son la cuna misma de la obligación y el castigo del proceder moral.
La iglesia y la religión se han quedado atrás.
La utilidad de la moral radica en la contención de la manifestación egoica de la persona.
Educadito es aquel que se ajusta a la moral de una sociedad establecida.
Mal educado es por el contrario quién no logra adaptarse.
En la moral se haya el qué dirán, el qué pensarán.
No traspasa esas directrices psicológicas lamentables.
En la moral se esconde el querer ser aceptado y en los moralistas , el domesticar a los congéneres.
La moral no es trascendente, es una camisa de fuerza que impide el despertar de la conciencia.
Entonces "a ser inmorales", dirán los de poca profundidad. Es lo mismo se les dirá. La misma moneda. En una cara el moralista y en la otra el amoral. No han dado un solo paso hacia ninguna parte.
Si en la moral se encierra esa necesidad de aceptación, entonces se reduce a la vanidad de la acción.
Un proceso consciente no ha de tener cárceles ni dogmas, ni visiones sesgadas. Ha de ser simplemente.
En la vanidad en cambio, existe de por medio la persona y los que le rodean, por tanto moral.

Lo mismo ocurre con la ética.
En la ética se enfrentan lo correcto con lo incorrecto.
El enfrentamiento mismo delata la imposibilidad de ser.
La ética se sobrepone a la moral alcanzando ya no sociedades establecidas sino el colectivo humano como tal.
A resultas de ella, se hacen códices y se elaboran formas mentales de comportamiento.
Aquí ya no interesa el prójimo sino la divinidad.
Existe la importancia de algo y por tanto la presencia de la individualidad rancia y egoica del que siempre tiene un objetivo que lo mueve. El llegar a... El buscar ello.
La búsqueda de la felicidad es un ejemplo de lo que hablamos.
Quién la busca es una persona que de hecho se manifiesta infeliz.
No conoce la felicidad por eso la busca.
Es un subterfugio muy loable de la mente que la persona a aceptado como cierta.
¿Cuándo la encontrará? Muy posiblemente nunca, ya que no la conoce y acepta su error a priori, pero la busca. ¿Locura?
En la ética se busca la aceptación divina.
Pero... ¿quién la conoce? ¿Tiene alguna forma? ¿Es necesario llegar a ella? ¿Quién quiere llegar?
En la ética se cambia el paradigma, pero se sigue esclavizado igual por la necesidad de ser alguien ante Dios. Vanidad.

En resumidas cuentas, la vanidad tiene muchísimas formas de manifestarse y ocultarse bajo nobles ideales. A la larga solo se convierte en sufrimiento. La moral cambia según cambia la latitud del mundo. la ética cambia según como despiertas ante Dios.

Vivir el momento, el instante para encontrar la verdad de cada uno, es alejarse de las cárceles que el ego ha formado en nos.  Dejar de buscar y concentrase en ser, es la esencia del vivir.

¿Y cómo actúo? 
¿Quién pregunta?


Atentamente
Erick Bojorque Pazmiño




jueves, 6 de noviembre de 2014

El problema de la Dignidad.

La dignidad es tomada como una virtud.





Todos aspiran a tener una.
Los políticos se afanan para que las personas tengan dignidad.
Una vida digna es la máxima afirmación universal de cierre de la posmodernidad de clausura.
Es la palabra, el sentimiento, los actos, que encierran la nueva revolución mundial.
Dignidad.
Eres digno o no lo eres.
Dignidad es tener algo, poseer algo.
Tienes dignidad si eres cultivado.
Tienes dignidad si posees vivienda y auto propio.
Tienes dignidad si tienes y respetan tus derechos.
Al final la humanidad ha creado y sigue creando gigantescos artilugios para esconder la propia falta de conocimiento de cada persona.
Ninguno queremos hacernos ni ser indignos.
Todo ese aparataje, ese dispositivo psicológico llamado dignidad no es más que la ausencia de conciencia, de auto conciencia.
Queremos dignidad para tapar lo que no calza de sí mismos ante nuestros propios ojos.
Siempre el ego, nuestros yoes aspiran a lo mejor, al más y si no se logra, entonces se es indigno.
Es tal la ceguera humana, que ahora la dignidad, eso que "queremos ser" y que no somos, eso que anhelamos y que buscamos en el exterior, en las cosas, en los títulos, se ha vuelto un "derecho" una "aspiración" una "virtud", cuando simplemente es la inconformidad con lo que es.
Inconformidad, no aceptación, grito de desesperación por no ser digno.
¿Digno de qué es la pregunta?
¿Tiene límite la dignidad?
La respuesta es simple..:nunca.
Como todo yo psicológico, la dignidad nunca termina de definirse, siempre aspira a ser más.
Soy digno...me deben respeto.
Soy digno...debo poseer bienes.
Soy digno...el mundo ha de girar a mi gusto.
Muchos dirán..¿y los hambrientos, los subyugados, los analfabetas, los sin vivienda?
Bueno...eso no es dignidad, ni tampoco indignidad. No. Son situaciones, no defectos.
Una situación de por sí no es un defecto, pero el vulgo si quiere que sea. El yo de la dignidad si quiere que sea.
Si la situación tal desaparece, desaparece la necesidad y por tanto ¿en dónde queda la dignidad, lo indigno?
No existe tal cosa, la dignidad. No existe.
La dignidad ha sido utilizada para explotar al ser humano y lo seguirá haciendo mientras lo permitamos.
Todos somos como Dios permite y rebelarse es buscar "dignidad".
La dignidad se esconde tras las afirmaciones de la personalidad de prosperidad, de diversión, de dedicación y logros, de estudios, de promesas y de todo aquello que nos encumbre ante los demás.



Atentamente
Erick Bojorque







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