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miércoles, 15 de septiembre de 2010

Firmeza a la mente.

Una mente dispersa es una mente sin constancia.


Saludos cordiales.

Para lograr asimilar cualquier práctica esotérica se requiere de constancia y de perseverancia.
No se podría hablar de ejercicios espirituales si se los hace una vez y otra no.
Los pensamientos enfocados producen resultados, mientras que los pensamientos centrífugos son como aves en el firmamento.
Es indispensable lograr que nuestra mente tenga enfoque.
Pero, debido al ego y sus parlanchines yoes, dicho acto es mas que imposible.
Resulta a todas luces claro y con el fin de obtener trascendencia, el recurrir a fuerzas superiores.

El Maestro Samael Aun Weor en una de sus pláticas (1), explica una maravillosa forma de lograr misericordia cuando dice: "Pídale al Dios Mercurio (la madre del pescado); concéntrese en el Dios Mercurio --regente del planeta que lleva su nombre-- con todo su corazón y con toda su alma, en oración profunda durante una hora, rogándole que le entregue esa substancia mental para que le dé "firmeza a la mente", y tenga usted la seguridad amigo mío, que si el Maestro considera que su petición es justa, concurrirá a su llamado y colocará dentro de su cuerpo mental una bola blanca formada de la substancia raíz del cuerpo mental que reside en la mente ígnea del Íntimo. (de cada quién)


Esa substancia monádica le dará a usted una firmeza mental, jamás ni siquiera presentida por usted, mas si su petición no es justa, de nada le servirá a usted un millón de ruegos. Esta substancia monádica se llama "La madre del pescado", y esto nos recuerda el pez Oanes y al profeta Jonás, vomitado por un pez. El pez simboliza al Íntimo, la fuerza madre de "Manas" (la mente). El que la posee se hace poderoso en el mundo de la mente; pero se necesita ser "muy digno y muy merecedor" para tener el honor de recibirla.


Un millón de veces podría llamar el indigno y no será escuchado. Para el indigno todas las puertas están cerradas, menos la del arrepentimiento."

¿Cómo se realiza la práctica?


  • Postrado.
  • Se invoca a nuestro Señor el Cristo, quién es el mediador entre Dios y el hombre. Se le pide que por su intermedio nos cite con el Señor Dios Mercurio regente del planeta Mercurio. Es importante recordar que cada planeta del sistema solar tiene su regente. El Señor Dios Melquisedec es el regente de la Tierra. Tres veces.
  • Se pide al Dios Mercurio, regente del planeta Mercurio, que por misericordia divina por caridad universal, si se nos considera dignos, nos conceda la gracia de la "firmeza a la mente" de "la madre del pescado". Tres veces.
  • Hacemos meditación durante una hora.
  • Damos gracias infinitas a nuestro Señor el Cristo y al Dios Mercurio.



Atentamente
Erick Bojorque

(1) SAMAEL AUN WEOR. La Revolución de Bel-cebú. Página 188

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy cierto!!! Y muy bueno tu post.
Luz y Amor, Ni Nut

Erick Bojorque Pazmiño dijo...

Saludos cordiales.
Ni Nut.

Muy amable por sus palabras.

Atentamente
Erick Bojorque

Carla Fernanda dijo...

Boa noite Erick! A disciplina é uma ferramente fundamental para a aqquisição de mente superior. Fico contente com este post! Quanto a Mercúrio, é o planeta que nos dá força para enfrentar adversidades e conquisas. Tenho uma oração dos Templários que fala da importância da força e da coragem.Vou procurar onde está.
Não tenho nenhum animal preso, jamais tive e nem gosto de vê-los enjaulados ou engaiolados.
Boa noite Erick! Obrigada!
Carla Fernanda

Erick Bojorque Pazmiño dijo...

Saludos cordiales.
Carla Fernanda.

Muchas gracias su participación.

La sabiduría milenaria es eterna y está a disposición de quién es honesto en su anhelo.

Comparto con su visión de libertad.

Atentamente
Erick Bojorque

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