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jueves, 30 de abril de 2015

El Yo del CRECER.

¿Es un defecto el aspirar, el querer crecer en la vida, en las diversas situaciones personales..?








Siempre se han hablado de 7 defectos causas, a saber  LUJURIA, GULA, IRA, PEREZA, CODICIA, ORGULLO y ENVIDIA, como resortes secretos de la acción.

Son estos las raíces del EGO. De ahí en adelante y desde la inconsciencia total hasta lo apreciable se encuentran agregados millones y millones de defectos que constituyen la legión egoica como lo expresa SAMAEL AUN WEOR, manifestándose en la psiquis humana de múltiples maneras.

Pero en la naturaleza se expresa también una acción que es causa de múltiples hechos incompresibles de la vida y que se enmarcan dentro del CRECIMIENTO.

El cosmos infinito se encuentra en constante crecimiento, en constante expansión. Desde lo infinitamente pequeño hasta lo infinitamente grande, todo se mueve entre dos polaridades de crecimiento y sobrecogimiento. La naturaleza tiene ese ritmo de nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte. En el crecimiento se encuentra la causa de los procesos dolorosos de la mecánica de la vida y de la mecánica indudablemente del proceso psicológico de las personas también.

Todo tiende y tiene que crecer. Crecen las plantas y los animales. Crecen los niños y las familias también. En este acto de crecer existe el dejar cada instante algo para emponderarse en otra cosa. Un ciclo de interminable crecimiento.

Asimilando lo dicho en los estados emocionales, mentales y volitivos de la persona, existe una fuerza terriblemente mecánica que constantemente empuja al ser humano hacia adelante o hacia atrás en ese amargo crecer y dejar de hacerlo.

Miren como el estudiante quiere ser profesor y el profesor, decano. El profesional quiere estar en la vanguardia y el soñador en las nubes. Nunca existe tregua y el ser humano trata por todos los medios de ser alguien, de crecer.

No puede existir proceso más doloroso.

No puede existir sino en ello un defecto, el defecto de CRECER,  de querer crecer.

Al crecer estamos dentro de una mecánica inevitable, una mecánica que nos distancia del creador. 

Esa distancia es un error, un siniestro conflicto con la divinidad pues ella misma se sacrifica para que las esencias tengamos la oportunidad de redención de esforzarnos por parecernos a Dios, al haber emprendido por soberbia el cambio de inconsciencia a consciencia a través de la conciencia misma.

El vivir nos causa grandes deudas kármicas por el hecho de permanecer atados a las leyes mecánicas. No podríamos evadirnos de tal responsabilidad, así como la tierra no se evade de la lluvia.  Pero el defecto, el ego, nace cuando empeoramos la situación QUERIENDO CRECER. El éxito, el triunfo, el ganar, el mejorar, el realizarse, el autorrealizarse no son más que defectos que nos llenan de error, de dolor y sufrimiento, por cuando nos alinean con la mecánica del crecimiento, ponderándola en nuestra existencia. Cuánto malestar causa el buscar un mejor mañana, un lindo futuro, un bello despertar. Si se piensa en ello, resulta incomprensible, pues la sociedad occidental está dispuesta según esta norma, estos paradigmas...: "no lo lograste"; "no lo tienes"; "no has obtenido nada"...DEBES HACERLO..! Es casi una locura no enrumbarse de esta manera. SI ESTÁS EN LO TUYO, TE IMPULSAN A SALIRTE Y MEJORAR. La educación moderna no aporta más que frases rimbombantes de tales procesos, llenando de axiomas que racionalizan el crecer en las mentes del común. Día a día frases positivas se convierten en verdaderos senderos de equivocación. Quiere superarse el yogui, quiere ser mejor el meditador. Busca crecer el abnegado padre de familia y se esmera en lograr superación la diligente estudiante. Es realmente una barbarie. De igual manera, podemos hablar de todo aquello que es opuesto y contrario, el anverso de una misma moneda. En tal caso la deuda es mayor pues se agrede la ley mecánica y se estimula el crecer, negándolo. Hablamos del fracaso, de suicidio, de la mediocridad.

El crecimiento por fuerza de la naturaleza, no tiene más remedio que soportarlo y pagarlo, como el que paga la energía eléctrica para poder ver en la noche. El "querer crecer" no solamente toca pagarlo sino que nos sume en el error, la incomprensión, el dolor, la agonía. No existe peor tormento que el que desea ser lo que no es, por el simple hecho de creer que debe crecer.




Atentamente
Erick Bojorque Pazmiño

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