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domingo, 14 de junio de 2015

MASTICAR ES VIVIR...!

En un organismo como el humano, en donde la perfección es cosa de todo instante, en donde todo está relacionado, ¿se podría obviar las piezas dentales de tal perfección?








Siempre he dicho que la profesión encargada del cuidado de la salud dental manifiesta sus huellas todavía en las cuevas de Altamira.
Con la facilidad de un decir, las piezas dentales son extraídas del ser humano paciente como si de granos de maíz se trataran.
No existe la menor intención de analizar, comprender y hacer consciencia de la completa importancia que pueden tener, a parte de hacer lucir una hermosa sonrisa y de forma cristalina moler los alimentos. No la hay.
Un simple dolor y las que antes fueran sendos generadores energéticos del colosal y vasto universo de conexiones y circuitos que es el organismo humano, se convierten en adornos y recuerdos o en simples desperdicios urbanos.
Todos y cada uno de nosotros hemos experimentado tal atrocidad.
Pero también los pacientes llenos de vanidad impulsan la labor de los habilidosos profesionistas para labrar, cambiar y supuestamente corregir las también supuestas imperfecciones de sus piezas dentales con la brillante idea de lograr la estética requerida por el neoliberalismo americano.
Una brillante sonrisa es la máxima para aquellos que por ignorancia someten a sus generadores energéticos a una inhabilitación total o parcial.
Conocer es indispensable en estos momentos que cada uno de los molares y cada de los dientes de nuestra dentadura es la base y el asiento de meridianos energéticos que partiendo de ellos, llegan a distintos órganos internos y sectores anatómicos para entregarles energía.
Uno se pregunta por qué razón en su discurso el libro Eclesiastés indica que, parafraseando, "es un derecho legítimo del ser humano el comer..." si es más que razonable y a la vista de todos que el hecho de comer es una necesidad corpórea que no requiere de bendición excepcional alguna sino se que se manifiesta sin que medie intencionalidad alguna. Pero, así lo expresa.
Luego del estudio energético respectivo, en cambio, la frase toma un significado gigantesco y casi definidor de la condición de que comer y más aún de que masticar es una verdadera bendición pues a través de ella, en el mismo contacto entre piezas dentales, se generan energías de limpieza y de vida que desde la dentadura van a parar a las distintas  partes del cuerpo signadas, limpiando los canales meridianos y permitiendo que los órganos y otros reciban energía adicional para su mejor funcionamiento.
Morder es una bendición, es un legado energético.
Cada vez que se mastica se limpian meridianos. Cada vez que se mastica, se da vida al cuerpo.
Extraer una muela o un diente es quitar dicha posibilidad, generando suciedad en los meridianos respectivos y dejando sin importantes impulsos de vida en el cuerpo.
Cambiar las posiciones de aquellos tiene igual resultado.
Mejor es tener un diente un poco torcido que dejar sin energía el órgano al que nutre.
Realmente me sigue sorprendiendo lo que la gente permite se haga con su dentadura.
No creo que nadie acepte que se le  ampute el dedo por un dolor, pero, si le molesta la muela, se la sacan con toda facilidad y buena disposición.
Sencillo....bendita ignorancia.
Cada molar, cada diente es dispositivo energético de altísima calidad.
Cuando el médico dice "a sacarse las muelas del juicio" por ejemplo , recuerde que aquellas tienen que ver con la sexualidad, maxilar superior, y con el órgano reproductor, maxilar inferior. Imagine las consecuencias. Mejor es indagar con expertos, lo más probable es que duelan y molesten por imposiciones mentales que generan bloqueos emocionales y así por el estilo.




Atentamente
Erick Bojorque Pazmiño



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