Conversaba con mi nieta Rafaela, ella con tan solo 6 años de edad, sobre la magia oscura. Había tocado este tema pues le había oído repetir la frase con insistencia. Seguramente la escuchó en algún programa de esos que ve por la Internet. Los tiempos son tan adelantados hoy, pero a la vez, también son muy oscuros. Como ella entendía, entonces le explicaba que la magia oscura es cuando no existe el debido respeto hacia el prójimo y no únicamente las manías de mezclar en un recipiente productos o mover los brazos. La magia oscura empieza con rasgos mentales característicos de doblegar y someter como OBEDECE LO QUE DIGO, TIENES QUE PENSAR ASÍ, DEBES BUSCAR. Con estos ejemplos fue suficiente para que entienda.
El sometimiento o ir en contra del libre albedrío es el síntoma de la oscuridad en el corazón.
Lo lamentable de esto es que la persona que lo practica termina haciendo cosas peores que ponen en riesgo su salud y la bondad en el mundo.
La claridad por el contrario y de manera opuesta es el augusto respeto por la decisión ajena. Existe claridad cuando se dice SEAS TÚ MISMO, CONFÍA EN TÚ CORAZÓN, NADA ES LO ADECUADO, YA ESTÁ ESO EN TI. Las sentencias que ni entregan ni reciben permiten el flujo de sanidad en las personas.
Un individuo acostumbrado a ser su propia esencia, necesariamente redundará en beneficios para él y para su contexto.
Desde este modo de percepción resulta que como dice Samael Aun Weor, si estamos completamente dormidos de consciencia. Una realidad palpable.
Atentamente
Erick Bojorque Pazmiño
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